Las entidades colaboradoras de la DGA en la tramitación de la solicitud de la PAC solicitan al departamento de agricultura “cordura” a la hora de la digitalización de los trámites

La dificultad de acceder en algunas zonas del medio rural a las nuevas tecnologías, así como la avalancha de trabajo en pocas entidades deben ser consideradas como un cuello de botella de la tramitación electrónica.

 

Se muestra temor desde las Entidades Colaboradoras ante las obligaciones que, en materia de tramitación electrónica, se van a imponer con la nueva PAC en lo referente a notificaciones electrónicas, presentación de cuadernos de explotación, obligaciones de los ecorregímenes...

 

Estas obligaciones van a ocasionar un aumento desmesurado de los trámites que se han de realizar en cada expediente presentado, lo que se va a traducir en una imposibilidad de dar respuesta a todos los requerimientos en tiempo y forma.

 

Las Entidades consideran que el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente debe valorar esta situación y buscar una aplicación progresiva de estas obligaciones en el periodo 2023-2027, de tal manera que permita a las Entidades Colaboras prestar un servicio óptimo a los agricultores y ganaderos aragoneses, verdaderos pilares del complejo agroalimentario de nuestra comunidad.

 

Por otro lado, las principales Entidades Colaboradoras del Gobierno de Aragón en la gestión de la PAC consideran muy desafortunadas las declaraciones del consejero de Agricultura en las que se afirma que se dispone de las información necesaria para ajustar las siembras de invierno a los requisitos de la nueva PAC 2023-2027, fundamentalmente en lo referente a las nuevas obligaciones de los ecorrégimenes.

 

Son numerosas las consultas que se están recibiendo por parte de agricultores y ganaderos que, desde final de verano, tienen que planificar las siembras que próximamente se van a comenzar y para las que previamente han debido encargar semillas, fitosanitarios y abonos. A la incertidumbre de la nueva PAC se añade la amenaza de no disponibilidad de estos insumos que ha generado una honda preocupación en el sector.

 

Por lo tanto, no se entienden las declaraciones del consejero, teniendo en cuenta que desde el Ministerio de Agricultura se traslada la información de que algunos aspectos no están cerrados, o incluso se han cambiado interpretaciones de los borradores en el mismo día. Se considera que el consejero debe ser conocedor de esta situación, trabajar para su resolución y mostrar más empatía con el sector agrario, empezando por los agricultores y ganaderos destinatarios de las ayudas de la PAC, y siguiendo por las Entidades Colaboradoras, verdaderas garantes y tramitadoras de las ayudas de la PAC, cubriendo un servicio que el Departamento de Agricultura que dirige el consejero Olona hace tiempo que abandonó.